La luz se origina en una fuente (generalmente
una lámpara de sodio), y pasa a través de un polarizador y la celda de muestra. El filtro analizador
es otro polarizador
equipado con un transportador angular; se gira hasta que se observa la máxima cantidad de luz y la rotación se lee
en el transportador.
La luz de una lámpara de sodio pasa a través de
un filtro que selecciona la luz amarilla de emisión (la línea D). Esta luz polarizada pasa por la
celda de muestra que
contiene una solución del compuesto que se está analizando. Solamente los compuestos quirales tienen una actividad óptica
y pueden girar el plano de la luz polarizada. La luz que deja la celda de muestra pasa a continuación a
través de un segundo
filtro polarizador que se puede girar hasta que se observe que la luz determina la magnitud y la dirección de la
rotación óptica.