La teoría Arrhenius, que se desarrolló al final del siglo diecinueve,
ayudó a proporcionar un mejor entendimiento de
los ácidos y las bases. Los ácidos se definían como sustancias que se disocian en el agua para formar iones
H3O+. Se asumió que los ácidos más fuertes, tales como el ácido sulfúrico (H2SO4), se disociaban mucho más que los ácidos débiles, tales como el ácido
acético (CH3COOH).