Al contrario que las cetonas, los aldehídos se pueden oxidar
fácilmente a ácidos carboxílicos
utilizando oxidantes comunes, como el ácido crómico, trióxido de cromo, permanganato y peroxiácidos. Como los aldehídos se oxidan tan fácilmente, agentes oxidantes tan débiles como el Ag2O los pueden oxidar selectivamente en
presencia de otros grupos funcionales.