Cuando se necesita un ión alcóxido en una síntesis, normalmente se
suele obtener mediante la
reacción de sodio o de potasio metálico con alcohol. Ésta es una reacción de oxidación-reducción, de forma que el metal es oxidado y
el ión hidrógeno (protón) reducido para dar
lugar a hidrógeno gaseoso, que burbujea en la solución, generándose el alcóxido de sodio o de potasio.
Los alcoholes reaccionan con sodio y potasio metálico para formar
alcóxidos. Por ejemplo, el
etanol reacciona con sodio para formar etóxido de sodio, una base fuerte utilizada frecuentemente para las reacciones de eliminación.
Los alcoholes más impedidos
como 2-propanol o terc-butanol reaccionan más rápidamente con potasio que con sodio. La reacción produce hidrógeno gaseoso.