Aldehídos y
cetonas se caracterizan
por adición de
reactivos nuoclefílicos al
grupo carbonilo, en especial
derivados del amoniaco.
Así, por ejemplo,
un aldehído o
una cetona reaccionará
con
2,4-dinitrofenilhidracina
para formar un
sólido insoluble, amarillo
o rojo.
Los aldehídos
se caracterizan, y
distinguen en particular
de las cetonas,
por su facilidad
de oxidación: los
aldehídos dan una
prueba de Tollens positiva,
mientras que para
las cetenas es
negativa. La prueba
de Tollens también
es positiva para
compuestos adicionales de
fácil oxidación, como
ciertos fenoles aminas,
que n dan,
sin embargo, pruebas
positivas con 2,4-dinitrofenilhidracina.
Los aldehídos,
desde luego, se oxidan
también con muchos
otros agentes oxidantes:
con KMn4 diluido,
frío y neutro,
y con CrO3 en H2SO4
.
Un ensayo
muy sensible para
aldehídos es la
prueba de Schiff:
un aldehído reacciona
con el reactivo
fuchsina-aldehído para dar
un color magenta
característico.
Aldehídos alifáticos
y cetonas, que
tienen hidrógenos a,
reaccionan cn Br2 en CCI4, reacción
que, por lo general,
es demasiado lenta
como para confundirla
con una prueba
de insaturación, además
de que libera
HBr.
Aldehídos y
cetonas se identifican
a menudo por
medio de los
puntos de fusión
de derivados como
2,4-dinitrofenilhidrazonas,
oximas y semicarbazonas .
Metilcetonas se
caracterizan por el
ensayo del yodoformo.