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7  Alcohol etílico

 

EL alcohol etílico no sólo es el producto químico orgánico sintético más antiguo empleado por el hombre, sino también  uno de los más importantes.

La industria emplea mucho el alcohol etílico como disolvente para lacas, barnices, perfumes y condimentos; como medio para reacciones químicas, y para recristalizaciones.

Además, es una materia prima importante para síntesis; una vez que hayamos estudiado más las reacciones de los alcoholes, apreciaremos mejor el papel que desempeña el miembro más importante de la familia. Para estos fines industriales, se prepara alcohol etílico por hidratación del etileno y por fermentación de azúcar de melazas (o, a veces, de almidón); por tanto, sus fuentes primarias son el petróleo, la caña de azúcar y varios granos.

El alcohol  etílico es el alcohol de las bebidas <<alcohólicas>>. Para este propósito se prepara por fermentación de azúcar, contenida en una variedad sorprendente de fuentes vegetales. La bebida específica obtenida depende de lo que se fermente (centeno o maíz), uvas o saúco, pulpa de cacto o diente de león), cómo se fermente (dejando escapar el dióxido de carbono o embotellándolo, por ejemplo) y de lo que se haga después de la fermentación (se destile o no). El sabor especial de la bebida no se deben al alcohol etílico, sino a otras sustancias características de la fuente específica o añadidas deliberadamente.

 

Medicinalmente, el alcohol etílico se clasifica como hipnótico (que produce sueño); es menos tóxico que otros alcoholes. (El metanol, por ejemplo,  es muy venenoso: tomarlo, respirarlo periodos prolongados o dejarlo por mucho tiempo en contacto con la piel, puede conducir a la ceguera o muerte.)

Debido a su posición exclusiva como bebida muy gravada y como reactivo industrial, el alcohol  etílico plantea un problema especial. Debe estar al alcance de la industria en forma no bebible. Este problema se resuelve agregándole un desnaturalizante , una sustancia que le confiere muy mal sabor o, incluso, eleva toxicidad. Por ejemplo, uno de dos de los ochenta y tantos desnaturalizantes legales son el metanol y la gasolina de alto octanaje. Cuando surge la necesidad, se dispone también de alcohol etílico puro, sin desnaturalizantes, para propósitos químicos, pero su empleo es controlado estrictamente por los gobiernos.

 

Excepto para bebidas alcohólicas, prácticamente todo el alcohol etílico que se consume es una mezcla de 95% de alcohol y 5% de agua, conocida simplemente como alcohol de 95%. ¿Qué tiene de especial esta concentración del 95%? Cualquiera que sea su método de preparación, primero se obtiene alcohol etílico mezclado con agua, y luego se concentra esta mezcla por destilación fraccionada. Pero sucede que el componente de punto de ebullición más abajo no es alcohol  etílico (p.e. 78.3ºC), sino un azeótropo binario que contiene 95% de alcohol y 5% de agua (p.e. 78.15ºC).  Como azeótropo, da un vapor de igual composición, por supuesto, y no se puede concentrar más por destilación, cualqueira que sea la eficiencia de la columna de fraccionamiento que se utilice.

El alcohol etílico puro se conoce como alcohol absoluto. Aunque es más caro que el alcohol de 95%, es accesible cuando se necesita específicamente.  Se obtiene aprovechando la existencia de otro azeótropo, esta vez uno ternario de p.e. 64.9ºC:7.5% de agua, 18.5% de alcohol etílico y 74% de benceno.

 

Para ciertos propósitos especiales, debe ser eliminado hasta el menor vestigio de agua se encuentra en el alcohol absoluto comercial, lo que puede lograrse por un tratamiento del alcohol con magnesio metálico: el agua se  convierte en Mg(OH)2 insoluble, del cual se destila luego el alcohol.