EL alcohol
etílico no sólo es el producto químico orgánico sintético más antiguo empleado
por el hombre, sino también uno de los
más importantes.
La industria
emplea mucho el alcohol etílico como disolvente para lacas, barnices, perfumes
y condimentos; como medio para reacciones químicas, y para recristalizaciones.
Además, es
una materia prima importante para síntesis; una vez que hayamos estudiado más
las reacciones de los alcoholes, apreciaremos mejor el papel que desempeña el
miembro más importante de la familia. Para estos fines industriales, se prepara
alcohol etílico por hidratación del etileno y por fermentación de azúcar de
melazas (o, a veces, de almidón); por tanto, sus fuentes primarias son el
petróleo, la caña de azúcar y varios granos.
El
alcohol etílico es el alcohol de las
bebidas <<alcohólicas>>. Para este propósito se prepara por
fermentación de azúcar, contenida en una variedad sorprendente de fuentes
vegetales. La bebida específica obtenida depende de lo que se fermente (centeno
o maíz), uvas o saúco, pulpa de cacto o diente de león), cómo se fermente
(dejando escapar el dióxido de carbono o embotellándolo, por ejemplo) y de lo
que se haga después de la fermentación (se destile o no). El sabor especial de
la bebida no se deben al alcohol etílico, sino a otras sustancias
características de la fuente específica o añadidas deliberadamente.
Medicinalmente,
el alcohol etílico se clasifica como hipnótico
(que produce sueño); es menos tóxico que otros alcoholes. (El metanol, por
ejemplo, es muy venenoso: tomarlo,
respirarlo periodos prolongados o dejarlo por mucho tiempo en contacto con la
piel, puede conducir a la ceguera o muerte.)
Debido a su
posición exclusiva como bebida muy gravada y como reactivo industrial, el
alcohol etílico plantea un problema
especial. Debe estar al alcance de la industria en forma no bebible. Este
problema se resuelve agregándole un desnaturalizante
, una sustancia que le confiere muy mal sabor o, incluso, eleva toxicidad.
Por ejemplo, uno de dos de los ochenta y tantos desnaturalizantes legales son
el metanol y la gasolina de alto octanaje. Cuando surge la necesidad, se
dispone también de alcohol etílico puro, sin desnaturalizantes, para propósitos
químicos, pero su empleo es controlado estrictamente por los gobiernos.
Excepto para
bebidas alcohólicas, prácticamente todo el alcohol etílico que se consume es
una mezcla de 95% de alcohol y 5% de agua, conocida simplemente como alcohol de 95%. ¿Qué tiene de especial
esta concentración del 95%? Cualquiera que sea su método de preparación,
primero se obtiene alcohol etílico mezclado con agua, y luego se concentra esta
mezcla por destilación fraccionada. Pero sucede que el componente de punto de
ebullición más abajo no es alcohol
etílico (p.e. 78.3ºC), sino un azeótropo
binario que contiene 95% de alcohol y 5% de agua (p.e. 78.15ºC). Como azeótropo, da un vapor de igual
composición, por supuesto, y no se puede concentrar más por destilación, cualqueira
que sea la eficiencia de la columna de fraccionamiento que se utilice.
El alcohol
etílico puro se conoce como alcohol
absoluto. Aunque es más caro que el alcohol de 95%, es accesible cuando se
necesita específicamente. Se obtiene
aprovechando la existencia de otro azeótropo, esta vez uno ternario de p.e. 64.9ºC:7.5% de agua, 18.5% de alcohol etílico y
74% de benceno.
Para ciertos
propósitos especiales, debe ser eliminado hasta el menor vestigio de agua se
encuentra en el alcohol absoluto comercial, lo que puede lograrse por un
tratamiento del alcohol con magnesio metálico: el agua se convierte en Mg(OH)2 insoluble,
del cual se destila luego el alcohol.