Como muchos
compuestos orgánicos, los
ésteres pueden reducirse
de dos maneras:
(a) por hidrogenación
catalítica, empleando hidrógeno molecular, o
(b) por reducción
química. En los
dos casos se
escinde el éster
para dar un
alcohol primario
correspondiente a la
parte ácida del
éster (además del
alcohol o fenol
del cual derivaba
originalmente el éster).
La hidrogenólisis (escisión
con hidrógeno) de
un éster requiere
condiciones más severas
que la hidrogenación
simple (adición de
hidrógeno) de un
doble enlace
carbono-carbono. Se necesitan
presiones y temperaturas
elevadas: el catalizador de
mayor uso es
una mezcla de
óxidos denominada cromito de
cobre, de composición
aproximada CuO-CuCr2O4. Por
ejemplo:
La reducción química se hace con sodio metálico en alcohol o, más comúnmente, con hidruro de litio y aluminio. Por ejemplo: